Por suerte para el tipo, ahora ha pasado de ser un pajillero a un semental. Ella, como mujer, apreciaba su dignidad, y como perra, no pudo resistir la tentación de tomar su pimienta en la boca. Ahora él azotaría a su mamá todos los días, y ella tomaría su semen en su mejilla. ¡Feliz día!
¡Suerte que los chicos pararon el ascensor para aprovecharse de las putas! Por supuesto, podría haber tirado un segundo palo, pero me dio pena la gente que esperaba el ascensor.